Si los ojos son el espejo del alma, las cejas son ese marco que le dice al mundo si esa alma es intensa, misteriosa… o simplemente descuidada. Sí, hablamos de cejas. Esas franjas de personalidad que, bien trabajadas, elevan tu rostro sin que pierdas ni una gota de masculinidad. Y no, no vamos a sugerirte que te depiles como galán de telenovela de los 2000. Esto va de entender tu rostro, respetar tu esencia y proyectar carácter. Así de simple.